Cómo saber si las espigas de tu coche están dañadas

Entre los componentes más subestimados y menos conocidos de un auto, se encuentran las espigas. Descubre con nosotros cuáles son los síntomas de sus fallas.

Cómo saber si las espigas de tu coche están dañadas

  1. Un ruido similar al de una matraca al girar y acelerar
  2. Pérdida de potencia en los giros o al desplazarte en terrenos irregulares
  3. La bota de la espiga está rota
  4. ¿Qué hacer si la espiga está averiada?

La espiga, o junta homocinética

Las espigas, o juntas homocinéticas, son una pieza clave del funcionamiento de un coche, ya que se encargan de transmitir de forma uniforme la fuerza de giro a las ruedas del vehículo, y evitar así cualquier tipo de daño en otros de los componentes. Estas piezas permiten que las llantas con tracción, sean delanteras o traseras, puedan girar en cualquier momento independientemente del ángulo de giro o elevación de la suspensión.

Dicho de otra manera, las espigas permiten que el vehículo se mueva independientemente de las condiciones del terreno. Si estas piezas no existieran, las ruedas de tu auto sólo se moverían en un terreno completamente plano y cuando no estuviesen cambiando la dirección del coche.

Pero como cualquier pieza de tu coche, las espigas también sufren desgaste y pueden comenzar a fallar, causando un mal funcionamiento y comprometiendo la seguridad, tanto tuya, como de tu auto.

  1. Un ruido similar al de una matraca al girar y acelerar

Este es el síntoma más claro de una espiga en mal estado. Cuando estés estacionando tu auto o dando un giro cerrado, será claramente audible un sonido similar al de una matraca. Este ruido será más evidente mientras más gires el volante mientras te desplazas.

  1. Pérdida de potencia en los giros o al desplazarte en terrenos irregulares

Si notas una reducción en la potencia de tu auto al dar un giro pronunciado o pasar por terrenos irregulares, las juntas homocinéticas podrían no estar cumpliendo al cien por ciento con su función de transmitir el giro del eje a las ruedas en todas las posiciones.

  1. La bota de la espiga está rota

Al igual que otros componentes de la dirección y suspensión de tu auto, las espigas también vienen cubiertas por una bota o guardapolvos, es decir, una goma suave con pliegues, generalmente de color negro, que con el tiempo puede resecarse y romperse, permitiendo que la grasa que lubrica la espiga salga de su lugar y que el polvo entre, ocasionando inevitablemente, un daño en este importante componente.

Si la bota está rota y hay grasa saliendo, podría haber una avería

  1. ¿Qué hacer si la espiga está averiada?

Si sospechas que las espigas de tu auto están averiadas, lleva tu coche con un mecánico especializado en suspensiones y direcciones. Este profesional se encargará de emitir un diagnóstico correcto sobre lo que le sucede a tu vehículo y podría recomendarte una de dos opciones.

Podrías tener que cambiar sólo la bota y añadir grasa

La primera opción, y el mejor de los casos, sería volver a engrasar la junta y colocarle un cubrepolvos nuevo. Este caso sería aplicable a botas que tienen poco tiempo rotas y a pesar de haber perdido la grasa, todavía no cuentan con un daño considerable.

Por otro lado, en el peor de los casos, podría recomendarte reemplazar la espiga por una nueva. Esto es factible si ya tenías más de 5 mil kilómetros rodando tu auto con juntas homocinéticas en mal estado.

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